Volvemos otra vez al macizo del Curavacas, para dormir en el chozo de pandos y probar su confortabilidad. La subida desde Vidrieros nos ayuda a calentar las piernas (vaya subidita) pero merece la pena disfrutar de este rincón apartado del mundo.
Ya por la mañana comenzamos a subir por el arroyo hasta el collado del Tesoro, pero no encontramos ninguno a parte de las vistas impresionantes del valle de Pineda. Giramos luego a la izquierda y llegamos al Alto de las Huelgas.
Luego nos dirigimos en dirección al Curavacas bajando unos pocos metros para subirlos luego y alcanzar la cunbre del Pico Hospital, no sin antes disfrutar de la vista del pozo oscuro.
Una vez concluida la misión, nos vamos para abajo por el valle del Curavacas intentando descubrir un par de chozos que vienen en el mapa. Vamos a comer a Triollo donde Ama, Rafa y compañía nos obsequian con un poco de miel ecológica que hacen sus abejas.
Ya llevamos 10, solo nos quedan 54
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